miércoles, 31 de agosto de 2011

¿Cómo se elige el nombre de los huracanes?

En América, decimos “huracán”, por el nombre del dios maya de las tormentas.. En la India se conoce como “ciclón”, en Filipinas como “baguio”, en el pacífico norte (Asia) como “tifón” y en Australia como “willy-willy”… O sea, que si oyen cualquiera de estos nombres, no se hagan bolas, se trata del mismo fenómeno tropical: viento muy fuerte que se origina en el mar, y gira en forma de remolino, en contra de las manecillas del reloj, acarreando enormes cantidades de humedad…

Escuchar que un huracán tiene el nombre de Earl o Fiona, puede parecer simple, pero detrás de la nominación de los huracanes existe una larga y complicada historia. Desde hacer uso de puntos de localización de longitud y latitud hasta palabras código militares, el camino a la perfección en el sistema de nominación de los huracanes ha sido accidentado y está aún en evolución.

Antes de que se forme un huracán, se forma una depresión tropical, a la cual se le dan números para identificarla, a partir de esta se forma la llamada tormenta tropical y es cuando se le pone un nombre propio, mismo que llevará el huracán…

Cada año se prepara una lista con los nombres que recibirán los huracanes que se vayan sucediendo a lo largo de la temporada. Estas listas, que se repiten cada 6 años, incluyen un nombre por cada letra del alfabeto y alternan nombres masculinos con femeninos. El uso de este procedimiento se debe a la precisión y facilidad que supone para la comunicación escrita y hablada el usar nombres de personas en lugar de otras denominaciones que se utilizaban antes.

Y es que durante muchos siglos, el bautismo de los huracanes quedaba determinado por el santo del día en que manifestaban su poder de destrucción en una zona concreta. Así, en 1825, el huracán de Santa Ana sería recordado por azotar Puerto Rico el 26 de julio.

A finales del siglo XIX, el meteorólogo australiano Clement L. Wragge fue el primero en referirse a huracanes utilizando nombres propios de mujeres. Para ello se servía de nombres bíblicos. Ya en 1953, en los Estados Unidos se decidió identificar a las tormentas con nombres de mujer. Con ello se abandonaba la tradición de nombrarlas mediante el alfabeto fonético. Más tarde, en 1978, comenzaron a incluirse también nombres de hombres a las tormentas del Pacífico Norte Oriental. La unificación vendría cuando un año más tarde, la Organización Meteorológica Mundial y el Servicio Meteorológico de Estados Unidos, decidieron alternar nombres de hombres y mujeres para el nombramiento de tormentas. Cada zona del planeta que sufre huracanes, ciclones o tormentas tropicales tiene su propia lista de nombres.

En algunas ocasiones, cuando un huracán resulta especialmente destructivo, su nombre es retirado y sustituido en la lista por uno que empieza por la misma letra. Cualquier país que se vea gravemente afectado por un huracán tiene la posibilidad de solicitar la retirada de su nombre. De esa forma, ese nombre no podrá ser utilizado durante al menos los 10 años siguientes para evitar confusiones.

Para las tormentas tropicales en el Atlántico, el Centro Nacional de Huracanes dispone de seis listas de nombres, las cuales son mantenidas y actualizadas por WMO mediante un comité internacional de votación.

Las listas contienen nombres en francés, español, holandés e inglés, excluyen nombres que comiencen Q, U, X, Y y Z y son mantenidas en constante rotación, por ejemplo la lista utilizada en 2010 volverá a ser usada en 2016.

domingo, 28 de agosto de 2011

¿A que hora se debe de beber agua?

… tomar agua en la hora correcta maximiza su efectividad en el cuerpo humano?

2 vasos de agua después de despertar ayuda a activar los órganos internos.
1 vaso de agua 30 minutos antes de comer ayuda a la digestión.
1 vaso de agua antes de bañarse ayuda a bajar la presión sanguínea.
1 vaso de agua antes de irse a dormir evita apoplejías o ataques al corazón.





¿Cómo ser rico?

Pregunta: Xavier tengo una familia de cuatro más mi suegra, mis ingresos son buenos pero todo se va en mantener la casa. Me pregunto ¿Cómo ser rico si todo lo que gano lo gasto en ellos?

Respuesta: No te voy a hablar de la última acción en biotecnología, ni de un “hedge fund” ni siquiera de “el calor” de las propiedades. No.

Para ser rico se necesita hacer lo que trató de hacer Joe y no pudo.
Déjame contarte lo que pasó.

El patriarca de la familia llama a reunión conjunta. La razón es presentarle a la familia Suárez la nueva reforma económica del 2011.

Antes de empezar a presentar su plan quinquenal, Joe pasa lista para cerciorarse que todos estén presentes.

A la derecha está su esposa Vilma que acababa de comprar su último traje en el mall. Sonriente con sus nuevas uñas de salón, saluda a su esposo extrañado de tanto formalismo pero no sin antes coquetear con su pelo de peluquería.

Sigue Carlos de 20 años. Estudia historia del arte porque le gusta leer literatura pero quiere ser músico. Tiene una pequeña tienda de instrumentos en su cuarto. Trabaja de medio tiempo en McDonald's para comprarse sus cosas. No aporta económicamente a la casa y es el preferido de la abuela Elsa.

Johanna de 14 años quiere todo lo nuevo de moda. Pinta las paredes con afiches de Orlando Bloom, de Daddy Yankee, Menudo y Google. Su prioridad es el “clan de naranja” (tres amigas que se pintan el pelo de naranja, las uñas de naranja y todo posible espacio para expresar su apoyo por el naranja).

Juan de 12 años solo desayuna, almuerza y cena con la consola de videojuegos Xbox. Se comunica en monosílabos cuando puede lograr comunicarse con los otros terrícolas.

Después de una breve pausa, Joe comienza con la presentación.

La reforma de Joe tiene el objetivo principal de lograr aumentar la riqueza de los Suárez en un periodo de 15 años. Esto incluye el apartamento en la playa soñado por Vilma, la primera producción de Carlos, la maestría en moda de París y el carro naranja para Johanna, el cuarto tecnológico de Juan y “flat-screen” de US$2.000, y un viaje por año a California para la abuela Elsa.

La familia rompe en júbilo. Cada uno se levanta de la mesa queriendo abrazar a Joe. Entre carcajadas se escucha: “Te quiero”, “eres mi papá favorito”, y “siempre fuiste el hijo más inteligente”. Joe sonríe porque con esto confirmó el apoyo de su familia. Espera unos minutos y les pide silencio para proseguir.

Con entusiasmo, Joe comienza a presentar la estrategia de cómo lograrían esa meta. Saca una cartulina de su portafolio donde muestra a su familia el estado actual de la economía doméstica y los cambios que se necesitarían para lograr las metas que se quieren.

Joe explica que debido a que la familia viene consumiendo más de lo que ingresa por los últimos cinco años, han ido acumulando un déficit de casi US$25.000. Esta cantidad se tuvo que financiar con tarjetas de crédito. Si se suma a este total la camioneta de último modelo que compraron, más la hipoteca de casi US$148.000, el total de deuda llega a US$194.188. Con solo US$15.000 entre la casa y el efectivo en la cuenta de ahorro Joe concluye que la economía doméstica está en peligro si él pierde el empleo.

Entonces Joe les propone cuatro acciones para lograr las metas que se quieren: 1) aumentar el ingreso, 2) bajar los gastos mensuales, 3) terminar de pagar la hipoteca en 15 años y las tarjetas en tres y, por último, 4) aumentar el ahorro mensual.

Para aumentar el ahorro, Joe propone que Abuela Elsa y Carlos aporten US$300 mensuales cada uno.
A Vilma le consiguió un trabajo de medio tiempo (8 horas a la semana) que generaría US$400 neto.
Esto aumentaría los ingresos a US$1.000 por mes. Esto sin asumir que el ingreso de Joe podría aumentar a mediano plazo.

Para bajar los gastos, Joe plantea cortar las bebidas y la compra de ropa, mover el cuidado personal a la casa, cortar los gastos tecnológicos a la mitad y cortar las llamadas a California, entre otros.

Aumentarían el pago mensual en la hipoteca y la tarjeta de crédito con la finalidad de vencer la deuda a corto y mediano plazo. Al terminar la deuda en tarjeta de crédito en tres años, la familia aumentaría el fondo de ahorro a más de US$12.000 por año que ayudaría a lograr la meta. En 15 años tendrían un patrimonio cerca de US$300.000.

Joe pone el marcador rojo en la mesa y con la seguridad de un ganador les pide su opinión.
Silencio. Nadie habla.

Todos están en “shock”. Algunos mueven la cabeza de pasmados, otros se miran incrédulos.
Pasan unos 30 segundos cuando la abuela Elsa se levanta de la mesa diciendo: “este es el plan más absurdo que he escuchado en mi vida”. Apenas terminó lo siguió Carlos quejándose que no llegaría a ser músico. Y así todos comenzaron a quejarse del sacrificio que tendrían que pasar para lograr algo que no saben si estarán vivos para ese entonces.

Y ahí terminó la reforma de Joe.

Mi gente: la mayoría de nosotros tendrá una vida económica que dependerá de un ingreso fijo y que aumentará de forma escalonada. Esto nos obliga a replantear la idea de que en un momento determinado nuestro ingreso dará un salto tipo “me gané la lotería”.

Cierto que cuando uno es joven las finanzas están en “negativo” porque el ingreso es menor que las responsabilidades de escuela, auto, familia y otras deudas racionales e irracionales. Pero esto no quiere decir que podemos vivir todo el tiempo pensando que nuestros gastos pueden estar por encima del ingreso, en la espera de la llegada del ticket ganador.

¿Quieres ser rico? El verdadero ticket de la lotería te llegará cuando cambies la mentalidad “high-speed” y empieces a hacer una reforma en serio.

Esta es la verdadera vía que muchos de nosotros tenemos para ser ricos: el ahorro.

EALI - Unidad 3. Autorreflexiones

DESARROLLO DE ACTIVIDADES Ningún conocimiento tiene valor si no se reflexiona profundamente para que se fije en la me...