Como siempre, el presente pretende engañarnos al hacernos creer que prácticas como el cunnilingus sólo han encontrado su lugar en el Olimpo de los placeres carnales hasta la liberación sexual de la mujer occidental en el siglo XX. Sin embargo, un poco de historia nos hará ver que esta “liberación”, en todo caso, es sólo una de las crestas en un mar de olas, que se extiende de oriente a occidente, e incluso más allá de la especie humana (los bonobos, uno de nuestros parientes más cercanos, han sido observados realizando sexo oral).
No son pocos los gritos de placer que el cunnilingus ha dejado en el eco de la historia, pero su verdadero devenir es el de un río subterráneo que sólo en algunos momentos asoma a la superficie. Entonces, sólo siguiendo nuestros instintos podremos intentar imaginar los tramos perdidos.
A continuación, te presentamos algunas breves viñetas de cómo se ha dado esta noble práctica en otros lugares y otros tiempos.
India
Aunque no era una práctica homogéneamente extendida, se sabe que en la India milenaria se practicaba el “auparishtaka” (sexo oral) entre heterosexuales o lesbianas besando sus “yonis” (vulvas). En el templo Rhajarani en Bhubaneswar existe una escultura que data de los siglos X-XI y muestra a dos mujeres teniendo sexo oral.
China
En China existe la famosa historia de Wu Zetian —que reinó desde el 690 al 705 d.C.— la cual fue una emperatriz que creó un decreto por el cual todos los dignatarios visitantes deberían rendirle sus respetos realizándole un cunnilingus.
Así mismo, en el taoísmo se reverenciaba esta práctica. Dado que su objetivo es alcanzar la inmortalidad (o al menos la longevidad) y la pérdida de líquidos corporales causaba la disminución de vitalidad, la retención de semen o fluidos vaginales podía ayudar a aumentar el “ch’i” (o aliento vital). Además, el taoísmo busca reconciliar los opuestos mezclando fluidos femeninos y masculinos, recuperando así la época mítica anterior a la división de los sexos.
La Gran Medicina de la Montaña de Tres Picos se encuentra en el cuerpo de la mujer y se compone de tres jugos o esencias: uno en la boca de la mujer, otro en sus pechos, y el tercero, pero más poderoso, en la Gruta del Tigre Blanco, que está en el El Pico de la Seta Púrpura.
-Octavio Paz, Conjunciones y disyunciones.
Japón
Los “Shunga”, cuya traducción literal es “pinturas de primavera”, son un género de ilustraciones eróticas pintadas a mano que fueron producidas entre los siglos XVII y XX (aunque existe gráfica erótica en Japón al menos desde el siglo VII), y que, entre otras cosas, muestran refinadas imágenes de sexo oral. Es probable que todos en la sociedad japonesa, desde aristócratas hasta sirvientes, usaran y disfrutaran los shunga sin distinciones. Fue una práctica común darlos como regalo, especialmente a las novias en su noche de boda.
Quizá uno de los shunga más conocidos sea el pulpo de Katsushika Hokusai (1760-1849), el cual es una adaptación de una antigua historia acerca de una buzo que roba una joya del Palacio del Rey Dragón en el fondo del mar:
Pulpo: Me he preguntado cuándo, cuándo realizar el rapto, pero hoy es el día. Finalmente la he capturado. Ésta es una buena pucha regordeta…
Mujer: El odioso pulpo uf, uf, uf, uf…más bien ah, ah…chupa la boca interior de mi vientre hasta que estoy sin aliento, ah, eh, ¡Me vengo!…
Pulpo: Zuu, zuu, zuu, zuu, hicha-hicha, gucha-gucha, jutsu, chu, chu, chu, chu, guu, guu, zuu, zuu
Mujer: ¡Ah! ¡Qué tal, qué tal la sensación de estar entrelazada entre ocho piernas! Oh, oh, me chupa por dentro, ah, ah…
Roma
Aunque tenemos constancia de la práctica del cunnilingus durante el Imperio Romano, especialmente en Pompeya y Herculano, se sabe que no era bien visto fuera de espacios como las orgías saturnales (en que se subvertían las jerarquías y amos convivían con esclavos). En la vida pública, los romanos ligaron el sexo oral al poder, creando roles dominantes y sumisos. Aunque se consideraba una práctica sucia, se sabe, gracias a algunos dibujos hechos en baños públicos y a palabras talladas en las paredes, que algunos prostitutos esperaban en las esquinas de estos baños a mujeres que solicitaran sus servicios.
Según la jerarquía romana de la degradación sexual, un hombre sospechoso de haber estimulado oralmente a una mujer era rebajado más que al que fuera penetrado por otro hombre. Se le imponía el estatus de infame, al mismo nivel que prostitutas, gladiadores y actores, lo cual le impedía votar y representarse a sí mismo ante un tribunal.
A diferencia de los romanos, los griegos no han dejado constancia de esta práctica, si bien es cierto que son menos los textos íntegros que nos han legado.
En la Biblia
Aunque ha intentado ocultarse, cambiando la palabra “vulva” (del hebreo “shor”, derivado de una palabra aramea que quiere decir “lugar secreto”) por “ombligo”, en el Cantar de los Cantares (7:2) parece haber una referencia directa al cunnilingus:
Tu vulva (ombligo) es un cántaro, donde no falta el vino aromático
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