martes, 24 de abril de 2012

Los Presidenciables: Cuál es el menos malo?


Los Presidenciables: Cuál es el menos malo?


Luis Gutiérrez Poucel Consultor Económico



El tema de actualidad en el país es: quién va ser el próximo presidente?
¿Qué tal si pudiéramos evaluar a los tres presidenciables desde el punto de vista del bienestar nacional, de lo que le importa al pueblo de México, considerando la trayectoria que han tenido y su desempeño en el pasado? Eso es lo que pretendemos hacer en este artículo: evaluarlos de la manera más objetiva posible, lo cual es muy difícil, porque hay mucho de subjetividad en cualquier evaluación; pero a riesgo de pecar de sesgos ideológicos y políticos, aquí les va mi modesta evaluación.



Índice de la Esperanza

Pero antes de calificarlos, tenemos que ponernos de acuerdo sobre qué bases los vamos a evaluar. Si tomamos el Índice de Desarrollo Humano propuesto por los organismos internacionales, los tres indicadores relevantes serían (1) el PIB per cápita, (2) la educación y (3) la esperanza de vida. Pero como nosotros sabemos, el bienestar de una nación requiere de otros elementos, tales como la seguridad, combate a la corrupción y la efectividad del gobierno para gobernar, entre otros.


El Banco Mundial ha propuesto el Índice de Gobernabilidad, compuesto por los siguientes indicadores: (1) voz y rendición de cuentas, (2) estabilidad política, (3) efectividad del gobierno, (4) calidad regulatoria, (5) imperio de la ley y (6) control de la corrupción.

Para el caso de México, vamos a tropicalizar dichos índices para aterrizar más de cerca a nuestra realidad, construyendo el Índice de la Esperanza. ¿En qué consiste este índice?, se preguntarán. Este índice se compone de seis indicadores: (1) el PIB per cápita, (2) distribución del ingreso, (3) educación, (4) efectividad para gobernar (gobernabilidad en corto), (5) seguridad y (6) corrupción.



Pasemos ahora a la evaluación de cada presidenciable.


Josefina Vázquez Mota

La administración de JVM probablemente mantendría el blindaje económico de la economía, respetaría la autonomía del Banco Central y conservaría la prudencia fiscal. El Producto Interno Bruto per cápita crecería a igual ritmo o un punto porcentual por arriba del PIB per cápita de los Estados Unidos, que es nuestro principal punto de referencia. Tendríamos estabilidad económica durante todo su sexenio.

La distribución del ingreso seguramente se mantendría igual que como estamos ahora, no habría grandes avances en la reducción de la pobreza, no se lograría la reforma fiscal y la gestión del Ejecutivo Federal tendría el mismo impacto sectorial que el gobierno de Felipe Calderón.

El gobierno de Josefina evitaría confrontaciones con el sindicato de la maestra Gordillo; mantendría los mismos niveles de gasto e inversión en educación que la de los gobiernos panistas recientes. En suma, en el campo de la educación no habría grandes avances, mantendríamos nuestros bajos niveles educativos que observamos cuando nos comparamos con los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

El gobierno panista tendría las mismas dificultades para alcanzar acuerdos con el Congreso que sus predecesores para llevar a cabo las reformas estructurales que el país requiere y para controlar los excesos de los gobiernos estatales. El nivel de gobernabilidad sería equivalente al de los gobiernos panistas del 2000 al 2012.

En cuanto a la seguridad, su gobierno mantendría las mismas líneas de confrontación militar contra el crimen y la delincuencia organizada, no legalizaría las drogas cuyo tráfico hacia EUA ocasionan más daño al país en términos de violencia e inseguridad.

Finalmente, en la lucha contra la corrupción el gobierno de Josefina Vázquez Mota no iría contra los presidentes, gobernadores de los estados ni secretarios de Estado que robaron en el pasado. Mantendría los mismos niveles de monitoreo y control de la corrupción tan suaves para los niveles altos como los que mantuvieron los gobiernos panistas que la antecedieron. La corrupción en los altos niveles de los gobiernos estatales continuaría con algunos de ellos endeudándose masivamente para financiar proyectos cuestionables. Los elementos de control de la corrupción y abuso de confianza de los niveles medios y bajos probablemente mejorarían un poco



Andrés Manuel López Obrador



Qué tal le iría al gobierno de AMLO con el Índice de la Esperanza? Para empezar, el ingreso per cápita probablemente crecería por debajo del ritmo del de los EUA, difícilmente alcanzaría en promedio durante el sexenio el nivel americano, por las siguientes razones: el gobierno de AMLO eliminaría el blindaje económico, terminaría con la autonomía del Banco de México, no seguiría una política de prudencia fiscal e iniciaría una confrontación abierta contra los inversionistas privados nacionales y extranjeros; su administración introduciría nuevamente el financiamiento deficitario, acelerando la inflación y devaluando el valor del peso; la inversión privada disminuiría; el déficit comercial aumentaría junto con el proteccionismo comercial y los precios de los productos nacionales e importados aumentarían en el mercado interno. En otras palabras, la economía perdería competitividad, tendríamos una crisis económica durante la mayor parte del sexenio y aumentaría la dependencia a las exportaciones de petróleo crudo.

La distribución del ingreso se deterioraría por los efectos inflacionarios, por la disminución en la tasa de crecimiento económica, por la confrontación entre clases de diferente ingreso, por la reducción de la inversión privada y por la disminución en la creación de empleos. La administración mejoraría los programas de reducción de la pobreza extrema, aumentando el gasto para necesidades sociales del 7.2% del PIB al 10%, pero este esfuerzo no sería suficiente para contrarrestar la reducción del ingreso de la clase media y de los más pobres por la inflación y el aumento del desempleo. Seguramente no habría reforma fiscal, y si la hubiera, sería en contra del crecimiento económico y de la inversión, su énfasis sería en mayores ingresos fiscales penalizando la inversión y favoreciendo al consumo. El ejecutivo federal tendría un fuerte impacto sectorial, a través de grandes proyectos públicos, habría gran participación de contratistas, en especial aquellos que apoyasen financieramente al PRD y de nuevos contratistas que nacerían al amparo de los contratos del gobierno. Los mexicanos terminaríamos pagando doble por estos grandes proyectos populistas, primero porque para desarrollarlos se necesitarían de los impuestos que pagamos, y segundo por las molestias que ocasionarían su construcción y por el impuesto inflacionario que eventualmente tendríamos que pagar todos los mexicanos.

En el terreno de la educación, si Andrés Manuel no puede controlar al sindicato de Elba Esther Gordillo, luchará en su contra, tratando de crear su propio sindicato incondicional a sus políticas. Habría un fuerte aumento en los niveles de gasto e inversión para la educación, pero tendría poco impacto en la calidad de la educación, así como en el nivel de calificación de la mano de obra, pues el énfasis sería más en la cantidad que la calidad, sería una educación politizada.

En cuanto a gobernabilidad habría una abierta confrontación con el Congreso, las reformas que se aprobarían serían populistas, no para mejorar la efectividad del gobierno, sino para vender la imagen de buen gobierno a la opinión pública. El estilo de gobernar produciría un diálogo aguerrido con los estados gobernados por la oposición. Habría inestabilidad política durante la mayor parte de su sexenio.

En lo que toca la seguridad, el gobierno de Andrés Manuel trataría de pactar y dirigir a la delincuencia organizada: su lema sería si no es posible combatirlos, preferible controlarlos y dirigirlos. Seguramente legalizaría algunas de las drogas cuyo tráfico más perjudican al país: la marihuana y la cocaína.

En cuanto al control de la corrupción, el gobierno de Andrés Manuel mantendría muy abierto los ojos monitoreando y criticando a los gobernadores de los partidos de oposición y cerrando sus ojos a los excesos en los estados manejados por sus correligionarios y de los que apoyan a su administración. Los mecanismos de manejo y castigo de la corrupción de los niveles medios y bajos probablemente no serían efectivos.



Enrique Peña Nieto



Finalmente, ¿cómo saldría la evaluación del candidato puntero EPN? Seguramente la administración de Enrique trataría de manipular el blindaje económico, socavaría la autonomía del Banco Central y se alejaría de la prudencia fiscal cuando así le conviniera y fuera necesario para sus fines políticos o personales. El ingreso per cápita de los mexicanos posiblemente crecería al mismo ritmo que el de los americanos, quizás un poco por encima. Habrían grandes proyectos y mucha participación de especuladores y contratistas, por lo que los mexicanos terminaríamos pagando triplemente por estos gigantescos proyectos de desarrollo: primero para financiar su desarrollo con nuestros impuestos, segundo por las molestias durante su construcción y tercero terminaríamos pagando peaje por el uso de los servicios de infraestructura que generarían. Posiblemente habría una crisis económica al final del sexenio cuando el gobierno tratase de apurar la terminación de sus grandes proyectos con financiamiento deficitario.

La distribución del ingreso probablemente empeoraría por los efectos inflacionarios de su oportunista política fiscal. No habría grandes avances en la reducción de la pobreza, manteniéndose los niveles actuales de 52 millones de pobres. Indudablemente no habría acuerdos para llevar a cabo una reforma fiscal.

En cuanto a la educación, el gobierno de Peña Nieto continuaría apoyando al sindicato de Elba Esther Gordillo. Habría un aumento en los niveles de gasto e inversión dedicados a la educación pero con poco impacto en la calidad educativa, probablemente habría inclusive un retraso en los indicadores de calidad de la educación debido al mayor énfasis que se daría a la cantidad más que a la calidad, favoreciendo y compensando la trayectoria política de los maestros y oponiéndose a su evaluación y premiación de sus conocimientos.

En términos de gobernabilidad habría una mejora, dada la mayor experiencia que tienen los priistas para manejar al país, pero continuarían las dificultades de entendimiento con el Congreso y para llevar a cabo las reformas estructurales que necesita el país. El nivel de control y supervisión en los gobiernos estatales mejoraría un poco, pero el cambio no sería sustancial.

En términos de seguridad, el gobierno de Enrique trataría de pactar con los criminales y la delincuencia organizada lo que a la postre, nos resultaría muy caro. Es ridículo e infantil pensar que se puede negociar y pactar con pillos que por definición no tienen palabra ni honor. Precisamente por ello son criminales, porque no tienen escrúpulos ni respeto al derecho ajeno. Probablemente no logre legalizar las drogas para sacar de la ecuación de la oferta al elemento criminal.

Finalmente en lo que toca al control de la corrupción, el gobierno de Peña Nieto no iría contra los gobernadores, secretarios de estados ni presidentes ladrones; trataría de pactar para que a él y a sus allegados, al terminar su administración, no les hicieran lo mismo. Los mecanismos de control de la corrupción y abuso de confianza de los niveles medios y bajos probablemente mejorarían.

Boletas de calificaciones

En la evaluación comparativa de los presidenciables, considerando las calificaciones a cada uno de los indicadores del Índice de la Esperanza, ninguno de los tres candidatos aparece como la mejor opción para México, pero la opción menos mala parece ser Josefina Vázquez Mota con un promedio de 6.5. El presidenciable más malo sería Andrés Manuel López Obrador con una calificación promedio de reprobado de 3.6. Enrique Peña Nieto pasaría de panzaso con un 6 de promedio. Ninguno de los dos candidatos aprobados figuraría en el cuadro de honor.



Evaluación de los presidenciables: Un ejercicio en razón a la esperanza

PIB PC
JVM.- 8.0

AMLO.- 2.0

EPN.-  7.8


Distribución del Ingreso
JVM.- 6.0

AMLO.- 4.0

EPN.-  5.2


Educación
JVM.- 5.5

AMLO.- 4.0

EPN.-  4.2


Gobernabilidad
JVM.- 6.5

AMLO.- 3.5

EPN.-  7.8


Seguridad
JVM.- 7.5

AMLO.- 5.0

EPN.-  4.7


Corrupción
JVM.- 5.5

AMLO.- 3.0

EPN.-  6.3


Índice de la Esperanza
JVM.- 6.5

AMLO.- 3.6

EPN.- 6.0




Resultado de la evaluación

Seguramente otro evaluador modificaría alguna que otra calificación, pero dudo mucho que el resultado final cambiara mucho en lo fundamental: en las próximas elecciones no vamos a votar por el mejor candidato, sino por el menos malo.



Los líderes políticos que tenemos son los que merecemos. Si algo nos dice nuestra historia es que los mexicanos generalmente votamos por sentimiento, por interés propio y para alcanzar beneficios a corto plazo. Los mexicanos no contemplamos el beneficio a largo plazo, el interés de nuestros hijos y nietos, el bienestar del pueblo. ¿Por qué desde la independencia hasta hoy hemos tenido mayoritariamente entre malos y pésimos líderes que han llevado al país a estadios económicos muy por debajo de los niveles que hubiéramos podido alcanzar? Y no es porque no haya buenos líderes, los hay, es porque nosotros, los votantes no sabemos meditar nuestro voto. El votante mexicano desgraciadamente es egoísta, no altruista, por lo que existe la posibilidad de que vayamos a votar mayoritariamente en las próximas elecciones, no por el menos malo, sino por el más malo, el que más promesas haga, el que más despensas reparta.


Espero que esto les ayude a definirse a los indecisos y/o les cambie la decisión.

ANULACIÓN DEL VOTO Información no muy conocida, y que no les conviene a los partidos políticos, ya que el abstencionismo es su mayor fuente de recursos. 

DIFERENCIA ENTRE ABSTENCIÓN Y ANULACIÓN DEL VOTO:  Abstenerse (no ir a votar) es avalar; es decirles que estás conforme con cualquiera que resulte ganador, que no te importa quién gane. Que te da igual. Pero ANULAR ES PRESIONAR, PEDIR UN CAMBIO. ¿POR QUÉ?:

      20 % DE LOS VOTOS NULOS HACEN NULA LA CASILLA.
               20 % DE LAS CASILLAS NULAS HACEN NULO EL DISTRITO.
               20 % DE LOS DISTRITOS NULOS HACEN NULA LA ELECCIÓN.

LOS VOTOS EN LAS URNAS SON TODOS LOS VOTOS EJERCIDOS + LOS VOTOS NULOS. NO INCLUYEN LOS VOTOS NO EMITIDOS, ES DECIR, EL ABSTENCIONISMO.  El 2% es el mínimo necesario para obtener y/o conservar el registro ante el IFE. Por lo tanto, si aumentamos el universo de votos contenidos en la urna, el porcentaje a favor de ese partido disminuirá.  Por lo tanto, si no estamos de acuerdo con ninguna de las propuestas o candidatos, una opción que tenemos para deshacernos de esos vivales, y que sus partidos pierdan el registro, es que en lugar de abstenernos, anulemos el voto.

Si consideramos que se estima un 70% de abstencionismo, cambiemos la historia y en lugar de 70% de no ir a votar, seamos 70% de votos nulos. El voto nulo no elige a nadie, pero cuenta, y cuenta mucho, porque baja el porcentaje de participación económica de cada partido ante el IFE.  

Así que en esta elección si tú no querías ir a la casilla a votar, por flojera, hartazgo, indiferencia o cualquier otra razón, piensa ¿qué será mejor?:

Decirles:   “Estoy conforme con quien resulte el ganador y no me importa quién sea.”

O que les digas:   “¡No! NINGUNO de los CANDIDATOS IMPUESTOS POR LOS PARTIDOS me gusta, ninguno me satisface, y te voy a bajar LA PARTICIPACIÓN ECONÓMICA QUE RECIBES"

ANULAR ES VOTAR, PERO CRUZANDO TODA LA BOLETA.     DEJEMOS DE VOTAR POR "EL MENOS PEOR".    EXIJAMOS CALIDAD: ES NUESTRO FUTURO.



5 comentarios:

  1. Gracias por publicar esto, imparcial, sin mover la balanza a un lado u otro, ayudas a muchos indecisos, como yo, a crear criterios!

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    1. Puer, debemos de votar, no por el menos malo, si no nos gusta ninguno hay que anular el voto... voy a publicar algo abajo del artículo para que se enteren de como funciona.... Está dentro de los reglamentos del IFE.

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  2. ni para donde hacerse, con estos politicos demagogos y corruptos... mejor anulare mi voto... para nadie...

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  3. Aquí una evaluación con los mismos índices
    PIB PER CÁPITA
    Con datos del Índice de Ingreso del PNUD México de 2001 a 2009. (www.undp.org.mx/desarrollohumano), calculé el avance promedio anual Nacional, del DF y EdoMex, y proyecté el valor a ese ritmo en 6 años, a partir del valor en 2009. El resultado se multiplica por 100.
    Resultados:
    JVM 77.23
    AMLO 93.37
    APN 71.43

    DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO
    Usé el Coeficiente de Gini de INEGI para hogares de 2008 y 2010 para el país, D.F. y EdoMex, medí su avance promedio y proyecté el valor a ese ritmo en 6 años, a partir del valor de 2010. Cada valor X se expresa como (1-X)*100, de modo que a mayor valor más igualdad, de 0 a 100.
    Resultados:
    JVM 59.67
    AMLO 55.28
    EPN 53.51

    EDUCACIÓN
    Usé el aumento medio del Índice de Educación de PNUD de 2001 a 2009 en el país, el DF y el EdoMex, proyectamos el valor a ese ritmo por 6 años, a partir del de 2009. El resultado se multiplica por 100.
    Resultados:
    JVM 89.04
    AMLO 97.94
    EPN 89.74

    EFECTIVIDAD PARA GOBERNAR
    Usé el subíndice “Gobierno eficiente y eficaz” del IMCO. Con el promedio de avance en distintos lapsos, estimé el valor que tendría luego de 6 años, a partir del valor de 2008. Los lapsos usados:
    JVM, país 2002-2008.
    AMLO, DF 2002-2005.
    EPN, EdoMex 2005-2008.
    Resultados:
    JVM 51.71
    AMLO 67.04
    EPN 42.56

    SEGURIDAD
    Con los promedios de avance del subíndice “Derecho Confiable y Objetivo” del IMCO en distintos lapsos, estimé el valor que tendría en 6 años a partir del valor en 2008. Los lapsos usados:
    JVM, país 2002-2008.
    AMLO, DF 2002-2005.
    EPN, EdoMex 2005-2008.
    Resultados:
    JVM 46.75
    AMLO 31.03
    EPN 57.19

    CORRUPCIÓN
    Con los datos bianuales de Transparencia Mexicana de 2003, 2005 y 2007, separé los que son exclusivos del gobierno federal y los exclusivos o mayoritariamente de gobiernos estatales; calculé el promedio de los tres reportes, que da valores de 0 a 100, donde más alto es peor, por lo que los expreso como la diferencia para llegar al máximo (100-X), para que sean a "más alto mejor" .
    Resultados:
    JVM 90.73
    AMLO 71.37
    EPN 72.29

    El resultado, en el mismo órden:
    JVM AMLO EPN
    PIB PC: 77.23 93.37 71.43
    Dis. ingreso 59.67 55.28 53.51
    Educación 89.04 97.94 89.74
    Efec.gobernar 51.71 67.04 42.56
    Seguridad 46.75 31.03 57.19
    Corrupción 90.73 71.37 72.29
    Promedio 69.19 69.34 64.45

    CONCLUSIONES
    O don Luis está desinformado y no sabe de economía o está tratando de desacreditar a un candidato. Yo creo que si sabe, y que no tiene nada de inocente simular un análisis técnico para desorientar.
    Este sesgo de don Luis se ve en otros escritos suyos. En “El dólar ante Europa y las elecciones”, afirmó que el dólar subía por causas internacionales y por “el aumento en las preferencias electorales de Andrés Manuel López obrador”, cuando ya fuentes serias habían descartado la relación AMLO-peso, y advirtió que si en las próximas elecciones gana el PRI o el PAN con mayoría en el Congreso, el tipo de cambio bajará y se estabilizará y su volatilidad disminuirá aun cuando continúe la crisis europea. "Sin embargo, si Andrés Manuel López Obrador gana la presidencia el dólar probablemente llegará a $15 pesos y seguirá apreciándose durante los próximos seis años de su gobierno".
    Es decir, mientras AMLO no gane todo está bien, pues los dólares, y en general la inversión, le huyen a ese candidato. Lo dice un economista, aunque los datos de la Dirección General de Inversión Extranjera de la Secretaría de Economía dicen que la IED (Inversión Extranjera Directa, la que crea empleos) creció 143.8% en el Distrito Federal en 2001, el primer año de gobierno de AMLO, muy por encima del 65.3% de aumento del total nacional de ese mismo año.
    Ojo, ha que ejercer el pensamiento crítico antes de dejarse espantar por opiniones disfrazadas de análisis.

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    Respuestas
    1. Emilio, muchas gracias por tu comentario, de verdad es muy enriquecedor y este espacio se mejora con comentarios como el tuyo.
      La verdad en estas épocas electorales todo el mundo da opiniones, personas del común como nosotros, que estamos muy alejados de este ambiente, no conocemos las verdaderas cifras...
      En mi opinión cada quien debe de votar como dice el artículo por el menos malo, es difícil pues realmente en cada elección como estas se postulan personajes ignorantes, que no leen, que ni siquiera saben ingles y lo único que tienen es discurso y buena campaña publicitaria.
      El país no lo cambia una sola persona, el país lo cambiamos con la suma de esfuerzos de cada uno de nosotros, y ese es el problema, que la gran mayoría no se ha dado cuenta de esto y no quiere aportar...
      Saludos y a ejercer nuestro derecho al voto libre...

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